El sueño de estudiar en EE.UU se enfría
Trabas, visados y controles: por qué Estados Unidos recibe menos estudiantes del exterior
Estudiar en Estados Unidos, una meta histórica para miles de jóvenes de todo el mundo —incluidos muchos uruguayos—, se está volviendo cada vez más cuesta arriba. La llegada de estudiantes extranjeros al país cayó casi un 20% en agosto, en comparación con el mismo mes del año anterior, según datos publicados por El País de España.
El descenso está directamente vinculado a las trabas en la obtención de visados estudiantiles y a un mayor escrutinio sobre los candidatos, una combinación que viene generando demoras, rechazos y mucha incertidumbre entre quienes planeaban iniciar o continuar sus estudios en universidades estadounidenses.
De acuerdo con el informe, las autoridades migratorias de Estados Unidos intensificaron los controles sobre los solicitantes, revisando con mayor detalle antecedentes, perfiles digitales y actividad en redes sociales, lo que alargó los procesos y redujo el número de aprobaciones. A esto se suman restricciones de ingreso para ciudadanos de algunos países y un clima político que no termina de dar certezas a los estudiantes internacionales.
Estados Unidos sigue siendo uno de los principales destinos académicos del mundo, con más de un millón de estudiantes extranjeros en sus campus. Sin embargo, la caída registrada en agosto marca un cambio de tendencia que preocupa tanto a universidades como a jóvenes que ven en ese país una oportunidad de formación y crecimiento profesional.
El impacto no es solo educativo. Las universidades estadounidenses también sienten el golpe: menos estudiantes internacionales significa menos ingresos y menor diversidad cultural en las aulas, un aspecto clave para muchos centros de estudio.
Ante este escenario, cada vez más jóvenes optan por mirar hacia otros destinos, como Canadá, Europa o incluso países de la región, donde los trámites migratorios resultan más accesibles y previsibles.
Para quienes sueñan con estudiar en Estados Unidos, el mensaje es claro: hoy el camino es más largo, más exigente y menos seguro que en años anteriores.
Fuente: El País (España)
