El negocio detrás de la flota fantasma: la estrategia de Maduro para mantener a flote los ingresos petroleros
Venezuela posee una de las mayores reservas de petróleo del planeta. Cualquier maniobra para sortear sanciones afecta precios, flujos comerciales y equilibrios energéticos.
Las sanciones impuestas por EE.UU. en 2019 buscaban asfixiar la industria petrolera de Venezuela, pero seis años después el panorama es otro. Aunque la producción sigue lejos de los niveles previos al chavismo, las exportaciones venezolanas volvieron a acercarse al millón de barriles diarios, casi el doble de lo que se registró tras las medidas dictadas por la administración Trump.
Para sortear las restricciones, el gobierno de Nicolás Maduro ha impulsado rutas alternativas de comercialización apoyadas en una “flota fantasma”: buques que operan con identidades alteradas, transpondedores apagados y maniobras opacas para mover petróleo sancionado sin ser detectados.
Uno de estos tanqueros fue interceptado esta semana por fuerzas estadounidenses frente a la costa venezolana. Trump calificó el operativo como la incautación “más grande” realizada hasta ahora, mientras Caracas denunció el hecho como un “acto de piratería” y anunció acciones ante organismos internacionales.
El episodio eleva las tensiones entre ambos países, en un contexto en el que Washington mantiene un despliegue militar en el Caribe que, según analistas, va más allá del combate al narcotráfico y apunta a presionar políticamente al gobierno de Maduro.
Fuente
Texto BBC NEWS MUNDO
Foto AFP