Neijuan: la presión que agobia a la juventud china… aunque en Uruguay ya vienen estresados de antes
En China, millones de jóvenes hablan de neijuan: la sensación de correr sin parar en una competencia agotadora que no garantiza futuro. Estudian, trabajan horas infinitas, compiten… y aun así les cuesta acceder a un buen sueldo, una casa o un proyecto de vida estable. Ese desencanto llevó a muchos a optar por el tang ping, una especie de “bajar un cambio” para priorizar salud mental y bienestar.
¿Y por qué esto debería importarnos en América del Sur?
Porque, aunque nuestros contextos son distintos, varios desafíos se parecen: la incertidumbre laboral, los sueldos que no acompañan el costo de vida, la dificultad para independizarse y la presión de cumplir expectativas que a veces ya no encajan con la realidad. Uruguay, Argentina, Brasil y Paraguay viven su propia versión de esa tensión entre “hacer todo bien” y no siempre obtener resultados justos.
Mirar lo que pasa en China no es copiar, sino aprender. Nos muestra cómo una generación entera se animó a cuestionar mandatos, a replantear qué significa vivir bien y a poner el bienestar en la mesa del debate público.
Quizás los jóvenes de nuestra región también estén en ese punto: preguntándose qué futuro quieren construir… y qué cosas están dispuestos —o no— a aceptar para llegar ahí.
